jueves, 5 de agosto de 2010

Una pesadilla que provocó el arrepentimiento de un gran sabio

Una pesadilla que provocó el arrepentimiento de un gran sabio:

Malik Ibn Dinar (que Al-lah esté complacido con él) fue preguntado acerca de la razón que existía detrás de su arrepentimiento. Él dijo: Yo solía ser policía y además era alcohólico. Contraté a una sirvienta que era muy buena conmigo. Ella dio a luz a una hija (nuestra) que amaba con todo mi corazón. Me ilusioné con ella mucho más cuando empezó a gatear. Cada vez que yo me servía algo de vino, ella solía venir, apartaba mi vaso con sus deditos y me lo derramaba todo encima. Nuestra hija murió cuando solo tenía dos años, y esto me desoló profundamente.

El día 15 de Sha´ban llegó ese año en un Viernes. Me fui a dormir borracho, y sin ofrecer mis oraciones. Vi en mis sueños que el Día del Juicio Final había llegado. La trompeta había sido soplada, las personas desde dentro de las tumbas eran resucitadas, y la gente era reunida en un mismo sitio. Yo estaba entre esas personas. Escuché un sonido parecido a un pitido detrás de mí. Me di la vuelta y vi que una gigantesca serpiente negra y azul se dirigía hacia mí. Empecé a correr lo más rápido que pude , temblando debido al miedo que sentía.

Entonces me encontré con un hombre viejo, que vestía muy bien y que olía a un perfume como nunca había olido antes. Le saludé y le pedí que me ayudara. El hombre empezó a llorar y me dijo que él era muy débil y que la serpiente era mucho más fuerte que él. Sin embargo, me pidió que siguiera corriendo, con la esperanza de que pudiera encontrar algo o alguien que pudiera salvarme de la serpiente.

Continué corriendo hasta que llegué a la parte alta de una zona elevada. De repente me encontré a mi mismo en la cima de un valle de fuego. El horror del fuego casi produjo que me cayera dentro de él. Entonces escuché a alguien gritar: “¡Apártate de ahí, tú no perteneces a ese sitio, aléjate!” Verdaderamente encontré paz y seguridad en esas palabras. Así que seguí corriendo, y la serpiente me pisaba los talones. Nuevamente me encontré con el hombre viejo y le pedí que por favor me ayudara. Pero de nuevo, empezó a llorar y me decía que la serpiente era más fuerte que él. Entonces, el hombre viejo me señaló que fuera hacia una colina donde podría encontrar un depósito o una mina que podría servirme de mucha ayuda. Miré hacia la colina, que era circular y estaba hecha de plata. En la colina había ventanas agujereadas y cortinas que colgaban. Cada ventana tenía dos paneles dorados y cada panel estaba adornado con cortinas de seda. Rápidamente me dirigía hacia la colina. Un Ángel entonces gritó: “Subid las cortinas. Abrid los paneles y mirad dentro. Quizás esta afligida persona tenga dentro algún tipo de depósito que pueda servirle de ayuda.” Entonces vi caras de niños pequeños, que se parecían a Entonces vi caras de niños pequeños, que se parecían a pequeñas lunas ojeando desde las ventanas. Entonces uno de esos niños me gritó: “¿Qué ocurre con todos uno de esos niños me gritó: “¿Qué ocurre con todos vosotros? ¡Venid rápidamente!¡Su enemigo casi le ha alcanzado!”

Así que cientos de niños empezaron a asomarse desde las ventanas. De repente, vi la cara de mi hija que había muerto. Cuando ella me vio, dijo gritando: “¡Juro por Al-lah que ese es mi padre!” Así que ella lanzó una flecha con una especie de arco, que al salir disparado se convirtió en una piscina de luz (Noor). Luego se apareció frente a mi y me extendió una de sus manos pequeñas. Me agarré fuerte a la mano de mi hijita. A continuación, con la mano que le quedaba libre, la dirigió hacia la serpiente, y esta al verla, retrocedió sobre sus pasos y se escapó.

Seguidamente, mi hija me hizo sentarme y ella se sentó sobre mis rodillas; acarició mi barba con su mano derecha, y mirándome fíjamente a los ojos me dijo: “Oh padre:

<<¿Acaso no es hora de que los Creyentes subyuguen sus corazones al recuerdo de Al-lah…?>>”

Empecé a llorar y le pregunté cómo era posible que ella conociera el Corán. Me respondió que ellos (los niños) sabían más de lo que ellos (en el mundo) sabían. Acto seguido le pregunté qué era esa serpiente que me perseguía incesantemente. Ella me explicó que la serpiente representaba mis malas acciones, que me perseguían para conducirme al Infierno. Luego le pregunté por el hombre viejo. Ella me explicó que el hombre viejo representaba a mis buenas acciones, y que se habían debilitado tanto que no podían ayudarme contra mis malas acciones, ya que estas le superaban. Finalmente le pregunté por qué vivían los niños dentro de la colina. Ella me informó que eran los niños Musulmanes que habían fallecido, y que estaban esperando a sus padres para que se reúnan con ellos, ya que ellos intercederían por sus padres en el Día del Juicio Final.

Malik dijo: “Me levanté asustado, temblando y sudando. Rompí todas las botellas de vino que había en mi casa y me arrepentí. Así es como conocí y realicé el arrepentimiento.” [Ibid: 49].

Extraido del libro: CÓMO GANARTE EL CORAZÓN DE TU ESPOSA.

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